Las posibilidades interpretativas de las Escrituras son innumerables y en Parashat Jukat deseo presentarte una muestra para abrir el apetito a más búsquedas.
Después del relato de la intercesión de Moshé que logró que .A. acceda a mantener viva a la parte del pueblo que había hablado contra Él y Moshé, por medio de invitarles fijen la vista en las alturas a la serpiente de cobre, los versículos nos relatan los lugares que recorrieron y acamparon los judíos en el desierto. Allí aparece un versículo sumamente intricado: «Por eso se dice en el libro de las Guerras del Eterno: “Vaheb en Sufá y los valles torrenciales de Arnón» (Bemidbar 21:14). Rashí explica que el Libro de las Guerras fue un libro en el que se registraban los triunfos y allí aparece el relato de las batalles con las poblaciones de Vaheb y Sufá. Jizkuni dice que ese libro se perdió. Rabí Abraham ibn Ezra interpreta que Sufá no es el nombre de una ciudad sino que es una alegoría que nos dice que la ciudad de Vaheb fue conquistada con mucha energía, ya que la palabra sufá se puede traducir como tormenta o tempestad. En la guemará en Kidushin 30 b, aparece una interesante interpretación de rabí Jyiá bar Aba que con el valioso aporte de Rashí puede leerse así: «en las batallas que se hacen frente a los libros, el padre y el hijo, el maestro y el alumno se afrontan ardientemente en las luchas por la interpretación de la Torá, y no se mueven de sus posiciones hasta que con mucho amor se hacen amigos, a la finalización de la contienda (no se debe leer Sufá, sino sofá, al final). El aporte de rabí Jyiá pareciera estar muy alejado del texto, sin embargo, a mi gusto, lo interpreta magistralmente a nuestras Escrituras. En las batallas entre las personalidades por el honor y por las ideologías, tan presente en los capítulos anteriores, quienes se oponen unos a los otros, deben luchar por sus principios pero con amor, para poder finalizarlos con respeto, en la búsqueda de la verdad.
Esas son las guerras verdaderas, que permitirán escribir un nuevo libro de las guerras por el Eterno y por la eternidad.
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