¿Por qué aparece aquí el precepto de nedarim?

En Parashat Pinjás, nuestra lectura de la semana pasada, las hijas de Tzlofjad solicitaron a Moshé gozar de los mismos derechos hereditarios que los hijos varones. En su familia no había hijos varones y sus bienes corrían el riesgo de ser perdidos. Moshé no conoce esta Halajá y se dirige a Dios, para obtener su fallo que fue: «Lo que piden las hijas de Tzlofjad es algo justo, así que debes darles una propiedad entre los parientes de su padre. Traspásales a ellas la heredad de su padre. »Además, diles a los hijos de Israel: “Cuando un hombre muera sin dejar hijos, su heredad será traspasada a su hija. Si no tiene hija, sus hermanos recibirán la herencia. Si no tiene hermanos, se entregará la herencia a los hermanos de su padre. Si su padre no tiene hermanos, se entregará la herencia al pariente más cercano de su clan, para que tome posesión de ella. Éste será el procedimiento legal que seguirán los israelitas, tal como yo se lo ordené a Moshé.” Y, enseguida .A. dice a Moshé: « —Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que les he dado a los hijos de Israel. Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aharón (Ver Bemidbar 27-28).

No hay duda que Moshé había recibido un innumerable número de preguntas durante los 40 pasados años. Pero, ninguna fue registrada. ¿Acaso, es la primera vez que Moshé consulta con .A.? ¿Qué tiene de particular? Si lo que se deseaba era enseñarnos esa Halajá referida a los derechos de las mujeres, ¿por qué no se incluyó directamente?

Como vimos, Moshé se acercaba al final de su carrera como líder del pueblo judío y ya Yehoshúa, fue elegido para su reemplazo. La sucesión en el liderato implicaba también la búsqueda de un sistema para el desarrollo de las normas de la Halajá. “Moshé entregó la Torá a Yehoshúa”, pero no quiso que el pueblo lo vea como la única fuente del conocimiento ni lo convierta en la gran enciclopedia donde en una persona estén compiladas todas las respuestas a las preguntas del pueblo judío.

La “ignorancia” de Moshé acerca de esa norma logra que haya una mitzvá que lleva el nombre de las hijas de Tzlofjad.

En ese tiempo del fin del liderazgo de Moshé, un grupo formado por dos tribus y media, llegan a la conclusión que prefieren otra tierra que la elegida por Dios para el pueblo judío. Prefieren el otro lado de Yardén. Pero, Moshé percibe que hay un riesgo que una parte del pueblo llegue a abandonar a sus hermanos en la lucha por la conquista y en la vida posterior y en forma egoísta se preocupe únicamente por ella misma. Moshé, como buen líder, percibe que esa decisión tampoco puede ser tomada en forma autoritaria y sin consenso. Los disidentes quedarían automáticamente fuera del pueblo si se les concede su pedido con esa facilidad. Parece que en la otra punta del pueblo estaban aquellos que deseaban servir al Creador más allá de lo pedido, más que lo ordenado, al grado de parecerse a aquellos que hacen “ofrendas en altares paganos”.

Estos son los tres momentos en los que Moshé percibe que la Halajá como norma superior que debe ser acatada por todos, puede salir de control. Aquí, porque unos quieren una tierra especialmente buena para ellos, un poco más lejos porque hay quienes incluso porque desean ser mejores, hacen votos que les circunscriben a nuevas normas no concedidas ni necesitadas en la filosofía judía y acullá porque hay aparentemente una laguna en la Ley que si no se responde con inspiración divina podría dar lugar a conflictos infinitos o que algunos tomen la ley en sus manos y legislen injusticias.

Llega el momento en un cambio de roles también en la legislación tal como Yehoshúa hará también en las cuestiones defensivas. Ese cambio debe ser muy claro y contundente para evitar rupturas.

Sí, dice Moshé, el judaísmo normativo es dinámico, tiene espacios para la creatividad, pero no es tierra de nadie, ni es caótico ni desordenado. Nos permite encontrar un espacio propio para el Servicio Divino. Pero, ello no significa que cada uno pueda decidir su norma personal infinitamente, ni que nadie pueda decidir desintegrarse para servir sus propios intereses sectoriales o personales, o que la propiedad sea de quien la tome por la fuerza.

Moshé abandona al pueblo. Pero, deja normas de continuidad jurídica escondidas en estos relatos.

Matot nos abre a través de esta manera de ver los últimos días de Moshé, la posibilidad profunda de no jugar con la palabra y con los votos y de no acomodar las normas según nuestros antojos.

1 Comment

  • Grace Nehmad, 9 julio, 2021 @ 3:26 am Reply

    Muy cierto mi Rav, cumplir y no distorsionar y a la vez escuchar y acatar.

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