¿Qué es la codicia y qué tiene de malo? ¿Es codiciar un sentimiento o una acción?

En Shemot 20:14 leímos: “No codicies [lo tajmod וְלֹא תַחְמֹד] la casa de tu prójimo. No codicies a la esposa de tu vecino, ni al siervo, ni la sierva, ni su toro, ni su burro ni nada que le pertenezca a tu prójimo”. En nuestra parashá notamos un cambio en una palabra y leemos “No codicies la mujer de tu prójimo, ni anheles [veló titavé וְלֹא תִתְאַוֶּה] su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo (Devarim 5:18). Esto indica que tanto “anhelar” como “codiciar” son acciones prohibidas.

¿De dónde aprendemos que el anhelo de una persona, conducirá a la codicia? Porque las Escrituras hablan de no codiciar y no anhelar (usando ambos términos). ¿Dónde aprendemos que la codicia, conduce al robo? Como está escrito, “Codician las heredades, y las roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad” (Mijá 2: 2). El ansia, la lujuria, -[taavá]-, está en el corazón, como está escrito, “«Querría comer carne», si deseas comer carne, podrás hacerlo siempre que quieras.” (Devarim 12:20), y la codicia, [jimud], tiene que ver con la acción, como está escrito, “no codiciarás el plata y oro sobre ellos [sus ídolos] y tómalo para ti” (Devarim 7:25). (Mejilta). 

Quien codicia el sirviente, la casa, los utensilios o cualquier artículo negociable de su compañero, presionándolo hasta que acepte separarse de él, a pesar de que le pague bien por ello, violó la mitzvá negativa de “No codicies”… Pero la persona no es responsable por este cargo hasta que en realidad toma posesión del objeto que codició. Esta es la fuerza del texto que deberás no codiciar la plata y el oro sobre ellos y tomarlo para ti mismo, lo que implica codiciar en acción. (Rambam, Mishné Torá).

El sefer Mitzvot Gadol, en la mitzvá de no hacer no. 158, piensa, sin embargo, que no codiciar [lo tajmod] y no anhelar [lo titavé], significan lo mismo. (El lector notará las dificultades que tenemos en traducir al español estos términos, y sabrá disculparnos).

La esencia de esta mitzvá es que uno debe entrenarse para renunciar absolutamente a toda esperanza de adquirir cosas pertenecientes a otra persona, ya sea bienes raíces, ganado, objetos inertes, etc. Uno no debe incluso pensar en estos y desearlos. Si los codiciara, en última instancia, podría llegar a cometer un asesinato para poseerlos, y acerca de ello leemos todos los días en la prensa.  

El Talmud comenta refiriéndose a los desvaríos del pensamiento humano, que “si alguien codicia algo que no es apropiado para él, él terminará perdiendo incluso lo que era apropiado para él”…

Aun así, hay ocasiones cuando codiciar es un rasgo de carácter que está permitido.

Según Bahya ben Asher ben Halawa uno de los más importantes exégetas bíblicos de España, que fuera alumno de rabí Shlomó ben Aderet el Rashba, codiciar realizar ciertas mitzvot de la Torá y las buenas acciones no solo es permisible sino que es digno de elogio.

Una explicación que deseo compartir con vosotros pertenece a rabí Yaakov Tzvi Mecklenburg del siglo XIX, y aparece en su obra Hactav Vehacabalá, sobre el conocido versículo “Amarás a .A. tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Devarim 6: 5), preguntándose ¿por qué debe decir con todo tu corazón? ¿Acaso no alcanzaría si solo dijera ‘con el corazón’? Y responde, que nuestro corazón debe estar totalmente lleno del amor por el Creador de manera que excluya el deseo por lo mundano. En esas circunstancias sería imposible e innecesario codiciar enfermamente a las delicias de este mundo. Cuando el amor es total, no hay espacio para otras cosas.


Consolarnos para actuar con energía para lograr la Redención

Acabamos de salir de Tishá Beav e ingresamos a las Semanas de Consolación que traen consigo lecturas de siete haftarot cuyo contenido tiende a ayudarnos a elaborar el duelo por la pérdida de nuestra soberanía territorial, la destrucción de los dos Templos y muchas desgracias que nos persiguieron a lo largo de la historia.

Podemos preguntarnos si aparte del reanimarnos y reconfortarnos, consolarnos y vivificarnos después de las semanas de desaliento y desesperanza que comenzaron el 17 de tamuz, ¿seremos capaces de modificarnos para ver el futuro personal y nacional con otras gafas?

Una respuesta más que sugestiva la encontramos en la coincidencia de la lectura de Vaetjanán, en la que están escritos nuevamente los Diez Mandamientos y la haftará de este shabat.

Las palabras conciliadoras del profeta Yeshayahu (40) que inician con Najamú Najamú “Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios”, y que continúan varios versículos más adelante con “que al cansado da vigor, y al que no tiene fuerzas le acrecienta la energía. Los jóvenes se cansan, se fatigan, los valientes tropiezan y vacilan, mientras que a los que esperan en .A. él les renovará el vigor, subirán con alas como de águilas, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse”, nos traen un mensaje que debemos descifrar.

Para ello nos inspiramos en las palabras de Rabí Tzadok Hacohen Rabinowitz de Lublin (Kreisburg, 1823– Lublin, Polonia 1900), que planteó la provocadora pregunta: “Si el mensaje del profeta Yeshayahu es de consuelo, ¿cómo podría ser apropiado vincularlo con una lectura de la Torá que comienza con Moshé describiendo su llamado a Dios para que se le permita entrar a la Tierra Prometida y junto con él la demoledora negación de Dios?

La respuesta de Rabí Tzadok de Lublin a esta pregunta es profunda.

Moshé, que imploró tanto por ingresar a la Tierra de Israel, insufló con su ánimo la voluntad de lograr el objetivo. Rabí Tzadok nos comparte esta maravillosa idea: “el deseo del hombre llega más al propósito ilimitado que lo que realmente hace la acción de esa persona, que está solo dentro del límite del valor del acto”. Pero, Moshé nació y se condujo en el dominio milagroso en el que Dios proveyó todas las necesidades de los hijos de Israel directamente, incluso surtiéndole de alimentos y agua en el desierto. Fue un mundo en el que los humanos no asumían responsabilidades ni tomaban iniciativas para lograr sus necesidades, excepto cuando reclamaban por su subsistencia. En un mundo gobernado prodigiosamente por Dios, las decisiones humanas, sus logros y sus elecciones tenían un papel menor.

Con el cambio de guardia, cuando los hijos de Israel deben ingresar a la Tierra Prometida, la asociación con el Todopoderoso se transformó para siempre. Ese es el mensaje relevante. Empieza la era de las decisiones humanas y de su responsabilidad, la construcción de la sociedad de Dios en la tierra se convirtió en el signo más tangible de comunidad con Dios cuando ahora las personas no solo deben elegir sino también ejecutar. La partida de Moshé convirtió a los hijos de Israel de niños a adultos. (Ver Pri Tzadik Vaetjanán 13).

Y ese mensaje es el que surge de la conjunción del rechazo al ingreso a Moshé a Israel, ya que no estaba preparado para un liderato del nuevo signo y la haftará, que nos invita a tomar en las riendas nuestro destino después de tanto sufrir y construir no sólo un estado modelo, sino dar los pasos necesarios para la verdadera redención.

  Y a partir de esto, será cierto que incluso nuestras oraciones no serán rechazadas. Porque realmente todas las oraciones del pueblo Israel actúan espiritualmente, cada alma individual de acuerdo con el valor de su deseo, por lo que obtiene el propósito dirigido a consolar a su corazón. Quien llora por la destrucción de Jerusalén del pasado, puede alegrarse con su belleza y progreso. Israel se regocijará en sus obras, los hijos de Sión descubrirán en su reinado.

¿Hay consuelo en este mensaje? El rabino Tzadok afirma que la relación potencial con Dios es mucho más difícil para una persona con pensamiento independiente que cuenta con mentalidad adulta que para una persona dependiente. La responsabilidad tiene un precio. Lo más significativo es que las acciones y las elecciones de uno tienen significado. Dios nos consuela al hacernos saber que no estamos solos en este proyecto. Su presencia está con nosotros para darnos la fuerza necesaria para conquistar los desafíos que enfrentamos en la realidad terrenal. Por ello es necesario que digamos Najamú exactamente después de Vaetjanán.

 

 

4 Comments

  • Grace Nehmad, 15 agosto, 2019 @ 7:08 pm Reply

    Mi Rav gracias! Que ese abrazo de despedida termine ya en la redención! Que dejemos atrás los comportamientos negativos para aumentar nuestras buenas acciones y nuestras plegarias genuinas y vivir ya los tiempos mesiánicos!

  • Grace Nehmad, 29 julio, 2020 @ 10:56 pm Reply

    Gracias mi Rav! Cuántos conceptos importantes! Moshé también sufrió con las decisiones divinas y las aceptó en amor. Gran ejemplo! El tema del secreto es horrible y yo he sentido esas traiciones secretas y veladas y por eso luego dudo de ciertos actos y personas… creo que es peor y no ayudo a nadie con eso… también debo hablar y que sepan que ne di cuenta o cómo lo sabrán? Qué venga la redención! Qué consuelos las haftarot que siguen y recordar ese abrazo para volver a él BH! Gracias mi Rav!

  • Aliza Toker, 3 agosto, 2020 @ 4:26 am Reply

    Gracias Rav. Maravillosa explicación. Que prevalezca la kavaná en nuestro diálogo con A.

  • Grace Nehmad, 4 septiembre, 2022 @ 7:36 pm Reply

    Que bueno que Moshé nos deja esa aspiración de la tierra prometida, un sueño sue debemos aproximar. También pensé que lo espiritual aleja nuestros males negativos terrenales como la codicia, es despertar y elevarnos paso a paso. Gracias.

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