Leemos en Parashat Tetzavé del meíl, la túnica especial llevada por el cohen gadol, que fue alineado en el fondo por las campanas y las decoraciones formadas como granadas. Rashí (Shemot 28: 33-34) explica que las campanas y las granadas fueron colocadas en el fondo del meíl de manera alternada, con una campana entre cada par de granadas. Cuando la Torá habla de campanas colocadas “en medio” de las granadas (“betojam” – Íb. 28:33), significa, según Rashí, que cada campana estaba colocada entre cada par de granadas. Rav Yaakov Mecklenberg, en Haketav Vehakabala, señaló que este debate tiene implicaciones importantes con respecto al volumen del sonido producido por las campanas como el cohen caminó. Según el Ramban, este sonido fue amortiguado, y por lo tanto no muy fuerte, mientras que según Rashí, las campanas produjeron un fuerte ruido que se podía oír desde la distancia. Rav Mecklenberg se basa en la opinión de Ramban en avanzar su teoría sobre la función de las campanas del meíl. La comprensión convencional es que las campanas eran necesarias para anunciar simbólicamente la entrada del cohen gadol en el Mishcán. Sería irrespetuoso que el cohen gadol entrara en la habitación privada de Dios, por así decirlo, sin “llamar” y anunciar su llegada de antemano, y así las campanas sirvieron para anunciar simbólicamente que estaba entrando. Rav Mecklenberg, sin embargo, explicó la función de las campanas de manera diferente, alegando que el sonido era para el propio cohen gadol. Mientras que otros miembros de la nación usan tzitzit como un constante recordatorio de sus obligaciones con Dios, Rav Mecklenberg escribe, el cohen gadol requiere no sólo este recordatorio visual, sino también el recordatorio auditivo de las campanas. Al representar el ideal espiritual al que todos debemos esforzarnos, el cohen gadol que servía en el Mikdash tuvo que conducirse con un nivel especialmente intenso de conciencia espiritual. Como tal, mientras que el resto de nosotros sólo llevan tzitzit, el cohen gadol también llevaba campanas para recordarle sus obligaciones para con el Todopoderoso. Por lo tanto, escribe Rav Mecklenberg, las campanas estaban cubiertas de material – las granadas decorativas – que amortiguaba su sonido, ya que el sonido sólo debía ser escuchado por el cohen gadol, y no por otros.

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